viernes, 12 de febrero de 2010

de bar

basto ver su palidas manos delgadas y huesudas para sentirme como un imbecil, como si tubiera un letrero en la espalda que dijera "perdedor" , le invite un trago mirandola a los ojos, claramente su mirada decia un "no", pero mi condicion de hombre pequeño imagino que la conmovio y con un gesto de fastidio respondio "ya que", sentados en la barra en los bancos mas altos que he visto en una cantina, (o almenos asi me sentia, un hombre triste, pequeño radiando lastima por los poros) todos los hombres que veia parecian ser apuestos, rozinantes, y sobre todo felices y yo un pobre diablo que cuenta sus billetes dentro de la bolsa del pantalon, me senti ageno a aquel lugar, mi falta de dinero hizo evidente que no necesito de cartera, si desapareciera o me encontracen sin vida tirado por ahi, el unico que sufriria seria el primero que me vea y busque mi cartera para manosear mis cosas y extraer mi efectivo y se encuentre que soy un pobre diablo el cual no tiene cartera ni unos lindos pies, no esta por demas mencionar que las mujeres de ahi visten ropas baratas que dejan ver las perdiciones a las que los hombres estamos acostumbrados, yo le calculaba unos 35 años, claro, mal vividos, ella sonreia con mi platica sin siquiera voltear a verme, lo mas digno seria decir que se fuera, y hacerle notar que si soy un pobre diablo almenos me gustaria no ser pizoteado, la muy puta solo me volteo a ver para decirme con voz aguardientoza, "¿me vas a invitar otra? ¿ó me la tomo despacio?", era mi oportunidad de mandarla al carajo de una buena vez, pero le invite otra y otra, ahora la muy cabrona esta mendingando mi atencion, y yo, no me recisto.

3 comentarios:

Marisol dijo...

mmm para esto: "...My drinks on empty, need another round.."
de queens of the stone age (auto pilot)...
Saludos y saquemos la ronda

Unknown dijo...

Ya lo dijiste una vez; hay que hacer el trabajo sucio.

Trejo dijo...

soy el obrero de los corazones rotos