lunes, 9 de noviembre de 2009

La Banca Azul

y ahí estaba sentado en una banca sobre reforma y a unos cuantos metros, a mi derecha, el museo de arte contemporáneo inmóvil esperando el día de mañana, es lunes y sentado en la banca color azul finjo leer un libro apasionadamente, un libro que para ser sincero, llevo bastante tiempo dedicado y cada vez me aburre mas, en fin, imitando la vieja estampilla de hombres cultos tomando lectura en un bello parque, desesperadamente espero un suceso extraordinario, sin valorar tanto la palabra, digamos algo inusual, detengo mi lectura y me dedico a mirar lo alto de los edificios que se asoman por encima de las copas de los arboles, con la cabeza descansando sobre mi abultada mochila, la espalda solo sigue la inercia del cuerpo y se curva al sentir el hierro frió que lleva por asiento la banca azul, espero y espero, fumo y fumo, dedico mi atencion a una rata que de asoma cada vez que giro la cabeza, se encuentra en las plantas del maseton de frente, su presencia inquieta mi reposo, con el pie golpeteo ritmicamente el suelo haciéndole saber que no es grata su presencia, poco me preocupan las ardillas, pues su atención esta dirigida a todo aquel que le ofrezca alimento, en cambio veo que la rata ignora mi advertencia y déside salir de su guarida -ahora bien, siento que es el momento de subir las piernas y no darle partida a que las use como eslabon para subir hasta donde yo, intento descansar, o eso creo- total que decido sentarme en flor de loto, así me pongo mis audifonos y empiezo a escuchar a cream, seguido de hendrix - es dificil recordar el orden pues mi reproductor estaba en aleatorio- entonces me dedico a ver de frente y observar a la gente, buscando algo emocionante que me haga quedarme ahí y soportar el frió sin reproches, mi nariz fría e insensibilizada por el viento, señala a las señoras del aceo recidencial (chachas) que pasean a los perros que seguramente son malcriados, a su derecha una pareja en el césped llevadas por el erotismo desinhibido y al mismo tiempo precavido de sus fechorias jugaban lucha greco-romana, muchas muchachas lindas llevadas por la obsesión de una figura esbelta corren con su bonafon en mano y con el Ipod en la otra, mientras yo prendo un cigarrillo cada que puedo frente de ellas, nose por que, pero lo hago, las luces se encienden y el sol pierde fuerza conforme avanza el tiempo, hace mas frió y yo sigo en la misma banca color azul esperando a que algo pase, es lunes y sugestivamente pienso que son tediosos, asi que sigo en la misma banca que al parecer me he adueñado pues desmenbre las entrañas de mi mochila y las extendí sobre la banca azul como si me dispusiera a venderlas, libros sin leer, cuadernos, plumas y dibujos, la torre de mayor se divisa levantandome y dando unos cuantos pasos de frente, pareciera que el parque bello se convierte en un foco propicio para delinquir, dificilmente uno puede ver mas allá de unos metros sin ayuda de los faros, y yo me siento, saco otro cigarrillo de mi chamarra unos cerrillos de mi pantalón y con armonía practicada lo enciendo, y espero y espero a que algo interesante pase, no se ven pero en ese maceton hay mas de una rata compartiendo el cobijo que las plantas proporcionan, entonces intento cantar, ya no hay nadie en el parque -cuando menos no a mi vista- y sin iniviciones me dispongo a cantar, -si por curiosidad quieres saber cual fue la cancion que estube cantando, mmm pues no lo dire ja- ya rendido y aburrido pues la situación se prestaba para hacer inucialidades mal vistas, mmm la idea no era mala pero si resultaba un tanto insatisfactorio, pues necesitaba de un complice que fuece testigo de aquello, aparte mi mente solo pensaba en ir a casa pues el frió cada vez mas era mas intenso, camine hasta el metro auditorio, llege a casa y entonces me dije, se supone que sali para encontrar algo de que escribir, pues tengo ganas de hacerlo pero no encuentro sobre que, todo me parece superficial y aburrido, y pues entonces dije que escribiría sobre una tarde aburrida de un lunes cualquiera en la que no pasa nada, excepto que encontré algo de que escribir.

saludos

3 comentarios:

Marisol dijo...

Yo tomare la banca alta de tres pisos blanca jajaj bueno me sentare en su segundo piso por que me asusta su movimiento jaja y siento que me voy, se tiene buena vista desde ahí e igual me haré la interesante leyendo jajaj me gusta la idea si no hayo trabajo ese será mi pasatiempo de vacaciones... saludos y claro ahí que ir por los pulques de tejocote...

Unknown dijo...

Lo he vivído, es como esperar que alguien te vea y te diga "hey, que buen libro" pero a sabiendas que eso nunca sucedera...al menos ese es mi caso. Las bancas, me gustan las bancas.

Trejo dijo...

Maria del Sol
banca de 3 nieveles, nunca las he visto, ammm pulque de tejocote, nunca lo he provado, al parecer tienes muchos secretos...

Señor X
a mi si me a pasado, pero siempre resulta ser un tio petulante, narcisista y fanfarron... que si eso viniera de una nena no tendria inconveniente alguno...por el momento jaja y si, tambien me gustan las bancas...

saludos a ambos