martes, 27 de enero de 2009

Breve historia de un amor

Y en aquella habitación obscura acompañados solo del susurro de la noche, el sofisticado olor que despedía el perfume de su cabello desviaba la atención de Onet, que con los ojos fijos en ninguna parte liberaba todo su regocijo acumulado a raíz del encanto que le provocaba aquella mujer con un largo suspiro que sacudía el alma de aquellos lastimosos pesares, la obscuridad cobija sus rostros, solo una pálida luz callejera calma el estremecer de la negra noche, ella espera con ansiedad lo incierto del momento, Onet, sereno, pensante, planeando la estrategia adecuada para abordar la situación, rebuscando de entre sus palabras las mas bellas para ofrecerlas con sinceridad aun cuando descuide su vulnerabilidad, decide no hacer nada, no decir nada, no pensar en nada y dejar que la noche haga su trabajo, la pesadez de los cuerpos exhaustos los obliga a rendirse ante el sueño, solo un beso en los labios y un largo abrazo que pretenden dure toda la noche basto para que ambos no quisieran dejarse jamás, no importaba nada mas aquella noche, las manos tocando el rostro del otro jugaban como hojas al aire, diciendo todo eso que las palabras no pudieron decir...

5 comentarios:

Bren Gibbons dijo...

Y quién es esa mujer tan misteriosa?

No me digas! Mejor lo dejamos en suspenso...

Buen post, la lectura siempre nos hace viajar.

Marisol dijo...

Me gusto.. diciendo toso eso que las palabras no pudieron decir... me recuerda a una de mis frases favoritas "El silencio es la conversacion de las personas que se quiere. Lo que cuenta no es lo que se dice, si no lo que no es necesario decir"
Saludos Krause

Unknown dijo...

"...me recuerdaaa, cierta lágrima mia. Puede ser el mismo misterio, puede tratarse de la misma fuerza."

Los nena.

Anónimo dijo...

hai Oten me haces recodar sueños donde me gustaria que el tiempo fuera eterno
pero no soi diosas para manipurarlo....

atte... Araceli R.F

Anónimo dijo...

...y el destello delo natural se hizo precente, una vez mas;en lo taciturno del amor...

Te aplaudo neto.